Manera de estudiar
Obtenga más de su lectura practicando los puntos sugeridos a continuación.
Una manera de utilizar un mensaje de estudio-vida para estudiar la Biblia
Primero, ora para abrirte al Señor y vuelve tu corazón al Señor . Ora brevemente para ser pobre en espíritu y puro de corazón, sin velos que te cubran (Mateo 5:3, 8; 2 Corintios 3:16).
Segundo, lea y ore-lea algunos versículos clave. De esta manera saborearás al Señor en Su palabra y recibirás alimento espiritual en tu estudio (Ef. 6:17-18; 1 Tim. 4:6).
Tercero, lea el título del mensaje y los subtítulos para obtener una descripción general del mensaje. Conviértelos en preguntas para que puedas buscar las respuestas en tu lectura.
Cuarto, ubique los puntos principales del pasaje bíblico. Conecte el título y los subtítulos con los versículos de las Escrituras. Al relacionar los versículos con los puntos, verá los puntos en las Escrituras y también se dará cuenta de cuáles son los puntos cruciales del pasaje (Hechos 17:11).
Quinto, lea el texto del mensaje del Estudio-vida sección por sección y resalte o subraye los puntos cruciales que se relacionen con el título o el subtítulo correspondiente.
Sexto, haga una pausa para orar sobre los puntos cruciales mientras lee . Ábrete al Señor con estos puntos en confesión y en comunión para que Él pueda hacer que la esencia de estos puntos sea una realidad divina para ti.
Séptimo, escriba algunas oraciones que resuman el punto importante de cada sección . Escribir los puntos importantes mantendrá su mente enfocada en su lectura y asegurará que capte y pueda recordar el punto de la sección (2 Timoteo 1:13).
Octavo, al final del mensaje, redacte un breve resumen de lo que se le ha revelado en los versículos.
Noveno, orar con la carga del mensaje . Esto te ayudará a asimilar los puntos principales y hará que el mensaje sea subjetivo para ti.
Décimo, habla con otros sobre lo que has visto . Encuentre un compañero con el que pueda hablar mutuamente la verdad de manera regular (Efesios 4:25). Puede usar su resumen como una profecía en la reunión del Día del Señor (1 Corintios 14:26, 31).