Iniciando

Los siguientes puntos son sugerencias prácticas que pueden serle de ayuda en la lectura de los Estudios-vida. No deben tomarse como legalidades o un estándar.

1. CONSAGRACIÓN

Comience por llevar el tema de la lectura de los Estudios-vida al Señor, pidiéndole Su gracia, Su luz y Su bendición. Conságrase usted mismo y su lectura de los Estudios-vida a Él, no prometiendo llevar a cabo esto por su propia fuerza, sino entregándose a usted mismo y este asunto a Él para la edificación de Su Cuerpo y el cumplimiento de Su propósito.

2. Consistencia

Leer una pequeña cantidad todos los días de manera consistente es mucho mejor que leer una gran cantidad esporádicamente. No lea según el estado de ánimo o la inspiración, sino según la necesidad de la vida espiritual. Aunque ciertamente no deberíamos ser legalistas de una manera religiosa, en las cosas de la vida, como comer, hacer ejercicio y el cuidado general de nuestra salud, necesitamos ser "legales", en cierto sentido, ejercitándonos para cuidar de estas cosas de una manera constante y regular, independientemente de nuestros sentimientos fluctuantes. Lo mismo ocurre con las cosas de nuestra vida espiritual. Debemos estar seguros de que, sin importar si “sentimos” algo mientras leemos, hay ricos “nutrientes” espirituales en cada mensaje de Estudio-vida, y nuestra oración para tomar el ministerio siempre es beneficiosa y nunca será un desperdicio.

(Véase The Collected Works of Witness Lee, 1978, vol. 2, “Life Messages Volume 1”, cap. 3, pp. 184-186 y CWWL, 1984, vol. 1, “Ser edificados en la verdad y crecer en Vida para la difusión del testimonio del Señor”, capítulo 4, pág. 66.)

3. Regularidad

Lea de forma habitual. Considere, de acuerdo con su capacidad y situación, (1) cuál sería el mejor momento del día para leer con regularidad, el momento en que es más probable que esté libre y sin interrupciones; (2) cuál sería la mejor cantidad de tiempo para leer cada día regularmente; y (3) cuál sería el mejor lugar para leer regularmente, un lugar que sea relativamente silencioso, tranquilo y libre de distracciones.

4. Planificación

Vaya al Señor y búsquelo acerca de cómo crear un plan personal y un horario para leer los Estudios-vida. Lo mejor es crear un plan que sea realista y no demasiado ambicioso, de acuerdo con su capacidad y situación.

Puede crear un horario de lectura personalizado utilizando la aplicación móvil de los 500 Estudios-vida.

5. Copia Física

Considere leer una copia física de los Estudios-vida. Esto no debe tomarse como una legalidad, y la opción digital puede ser bastante útil, especialmente en situaciones donde las copias físicas no están disponibles o no son prácticas. Al mismo tiempo, la experiencia de muchos santos confirma que puede ser más fácil absorber el contenido espiritual de los Estudios de vida leyendo una copia física, que puede obtener de Living Stream Ministry aquí .

6. Oración

Practique ejercitar su espíritu mientras lee, respirando al Señor al invocar Su nombre. A medida que el Señor lo toca con ciertos puntos en el mensaje, siga la unción para orarle estos puntos. Ore para que el Señor abra sus ojos para ver los preciosos puntos de la verdad, y ore también para que haga de cada uno de estos puntos su experiencia.

( Véase The Collected Works of Witness Lee, 1984, vol. 5, “Pautas para la propagación del recobro del Señor”, cap. 1, pág. 109.)

7. Compañeros

Considere tener un compañero para chequear el progreso y apoyarse mutuamente. Muchos santos encuentran esto como una gran ayuda. También puede ser un gran beneficio practicar hablar los puntos de los mensajes que leyó recientemente a sus compañeros y a otras personas.

8. Persistencia

Aunque podemos esforzarnos por poner en práctica todos los puntos anteriores, todos tenemos días, a veces incluso semanas y meses, en los que perdemos nuestro tiempo de lectura y nos encontramos fuera de horario. Nunca debemos sentirnos desalentados o condenados; en cambio, debemos ser alentados por el Señor, dándonos cuenta de que esta es una experiencia universal. Simplemente debemos continuar donde lo dejamos, sin importar cuánto tiempo haya pasado desde la última vez que leímos.